Shooting Estefanía, Whoman´s Shadow
“El cambio del ángulo de visión al que estamos acostumbrados, tanto fotógrafo como espectador, es un ejercicio poco cotidiano que nos viene dado al observar la toma desde un ángulo menos utilizado”.
Cuando nos encontramos en medio de una sesión, con diferentes cambios de esquemas de iluminación y poses, siempre nos planteamos en “hacer algo diferente”, algo que no aburra, que no sea más de lo mismo… aunque a ciencia cierta, mucho o casi todo ya está hecho; pero al menos, si que es importante dotar al retrato de una impronta en la que se reconozca cierto toque personal.
Las diferentes perspectivas de toma se encuentran más o menos a la altura de la modelo, variando ángulos por encima y debajo de la altura de los ojos. Es lo más normal, por eso mismo…, ¿pasa algo por intentar “salirse de lo normalidad”?.
Buscar un ángulo diferente, es lo que me lleva a este shooting; dar un giro radical y despertar un interés en el observador por lo inusual de la toma. El cambio del ángulo de visión al que estamos acostumbrados, tanto fotógrafo como espectador, es un ejercicio poco cotidiano que nos viene dado al observar la toma desde un ángulo menos utilizado.
Esta toma completamente desde arriba, pero con una característica puntual, el ángulo que forma el eje del objetivo forma un ángulo perpendicular con el plano suelo o con la modelo en este caso, con la particularidad que modelo y suelo se encuentran en paralelo. El ángulo de la toma es el picado extremo, también llamado cenital o nadir.
Cuando por posicionamiento del fotógrafo, este se encuentra en un picado, normalmente la connotación es la de estar por encima o mostrar sumisión, cuando más si es extremo. Por la perspectiva, el primer término se encuentra muy distorsionado en relación al último y la sensación anteriormente descrita se hace muy evidente. En esta toma, al ser en paralelo no existe la dicha distorsión y si divide al formato en dos espacios claramente diferenciados, cara y pelo, donde el juego de texturas, volúmenes y color (en este caso grises) sumados a ángulo de toma, que permite que el pelo se encuentre “hacia arriba” hacen posible el reclamo del observador y que la composición sea distinta de las que estamos acostumbrados.