Poetas con Luz Ambiente, Juan Camacho
“Necesita la poesía del poeta como vehículo transmisor para darse a los demás y éste de la palabra para almacenar las sensaciones y sentimientos que la hacen ser. Sin el descanso los sueños no existirían. Sin la palabra la poesía quedaría en brazos de la orfandad”.
Día caluroso y luminoso, como corresponde a un 9 de julio. Por no hablar de la cuestión de la calidad de la luz, a eso de las 12:00 horas. Es lo que toca cuando la cita es así; por lo tanto se resuelve con “elementos de fortuna” que nos encontramos, si acertamos a verlos…sombras que se producen con un buen toldo en una terraza, soportales y e interiores en un bar, para mayor gozo refrigerado.
Aunque el proyecto trata de la luz ambiente, no es menos importante mientras se desarrollan los diferentes shooting, la relación que se va forjando entre poeta y fotógrafo a lo largo de la sesión, en esta ocasión inmejorable.
Los padres de Juan, por cuestiones “muy normales” en la época; hablamos de 1958, tuvieron que emigrar a Bilbao en busca de trabajo, cuando el tenía dos años.
Es un profesor de su instituto el que le anima a escribir, y ya con 19 años forma parte de asociaciones y se va haciendo un hueco en el espacio literario, decantándose por las cuestiones sociales, la igualdad de las gentes. Aglutinado todo dentro de una poesía religiosa y del amor y desamor
Me llamó la atención todo el apego a la tierra que a lo largo de la jornada no dejaba de mostrar, eso si, con un acento de Bilbao que cualquiera hubiera dicho lo manchego que es, y que no ha dejado de venir a su Valdepeñas ningún año en todo este tiempo transcurrido.
De los retratos realizados en diferentes lugares, me quedo con el que veis. Sobre todo por la gran connotación de los elementos, el vino, las tapas en el Penalty, “incluidas con el vino, ¡no a tres euros!” pero sobre todo. Con estos elementos se puede crear toda una relación de la piedra de las columnas de los soportales de la plaza… si pudieran hablar y contar todo lo visto y escuchado, el vino y su cultura tan valorado en Valdepeñas, la tertulia y los amigos. Todos estos elementos, no serían nada sin la palabra y expresividad de Juan.
Juan Camacho
Palabra luz y poesía
Poesía es un racimo de evidencias que vamos depositando en nuestro intelecto sin apenas conocer la relación que tiene con el espíritu de nuestra efímera existencia. No todas las palabras son elegidas para conformar un texto poético. Cada palabra atiende a la atmósfera de luz que le ha sido concedida y en ella, en la luz, danza la idea engendrada desde ese hábitat donde moran los sueños para entregarse al poeta y ser por éste fiscalizada.
Nace así, un primer verso desnortado, desnudo de intenciones, empático y misterioso. Un arlequín primigenio e intuitivo, solidario y hermoso que se muestra desde la idea primitiva a nuestros ojos esperando al menos una caricia, un mínimo de atención. Poesía es tan solo una palabra universalmente definida con múltiples acepciones y cada cual se abraza a la que le es común.
Necesita la poesía del poeta como vehículo transmisor para darse a los demás y éste de la palabra para almacenar las sensaciones y sentimientos que la hacen ser. Sin el descanso los sueños no existirían. Sin la palabra la poesía quedaría en brazos de la orfandad.
Habitamos, tanto ella como yo, la misma estancia del silencio desde que la adolescencia nos presentara y en ella hallo el refugio que reclamo a la oscuridad de los tiempos donde la injuria no traspasa las paredes de nuestra celda. Ella, sin embargo, espera de mí la originalidad y prestancia vocacional e ininterrumpida para alcanzar juntos esa paz y esa luz de la que el ser humano está tan necesitado.
A veces la complicidad y la emoción por el trabajo realizado hace que nos elevemos a otra dimensión y otras seguimos varados en esta misma orilla.