Ya sé que Alejandro Sanz no es de Daimiel y se me hace necesario el contar el motivo de esta selección.
No sé bien si era la segunda o tercera vez que Alejandro venía a “Daimiel en Concierto”, recuerdo que la primera fue en la carpa de navidad con su disco “Pisando Fuerte”. En la ocasión a la que me refiero, también dentro de “DC” pero en la Feria y Fiestas. Un día con una previsión metereológica de lluvia y fuertes rachas de viento.
El concierto comenzó con una exactitud en la hora, casi inglesa. De por si, el viento estaba siendo protagonista y Alejandro salió y durante tres temas (no podría asegurarlo, pero muy próximo en el número en todo caso) mantuvo el tipo. El aire seguía soplando fuerte y también comenzó a llover con riesgo de que algún percance pudiera suceder. Como es lógico, Alejandro se retira y el público quiere protegerse de las inclemencias del tiempo, sobre todo, ya de la mucha lluvia que caía. La organización facilitó el pabellón cubierto para que se pudieran proteger y “tal vez” esperar que se reanudará el concierto una vez pasaran estas rachas de lluvia y viento. Es fácil imaginar que el pabellón estaba totalmente lleno, esperando volver a ver y escuchar a Alejandro.
La sorpresa salta cuando corre el rumor que ya no hay concierto, que Alejandro “al retirarse al bajar una escalera del escenario, había tenido un percance y el brazo lo tenía en un cabestrillo”. Se empezaron a oír grandes abucheos y quejas, en medio de todo este estruendo, surge la propuesta que “aunque con gran esfuerzo, Alejandro cantaría algunos temas dentro del pabellón para compensar en cierta medida” y así sucedió.
Bien, no sé muy bien como me vi dentro de las vallas de separación y como único fotógrafo y así puede hacer esta sesión.
La gran sorpresa y por esto elegir el tema, fue que la revista en la que colaboraba apenas le dio difusión al tema. Una foto, pequeña con un mínimo pie.
Al cabo del tiempo, hablando con un colega sobre lo ocurrido, me comentó que un pajarito le dijo que “PRESUNTAMENTE, esas fotos las habían retirado del mercado, evidentemente previo pago”, de lo cual de ese previo pago no se quién se habría ocupado, pero no fui yo. Menos mal que tuvieron la deferencia de devolverme los negativos y por eso yo puedo dar fe en el tiempo de lo que allí sucedió.