Poetas con Luz AmbienteLuis García Pérez

Poetas con Luz Ambiente, Luis García Pérez

“Cada poeta puede tener su modo de concebir la poesía, con lo cual tendríamos tantas Poéticas como poetas, pues cada uno procura labrarse su propio estilo, su idiolecto particular que nos permita al leer un poema atribuírselo a un autor determinado”.

Como si de una cita ciega se tratara, la sesión con Luis, así comienza. Después del primer correo explicándole el proyecto, hablamos por teléfono y quedamos en el plazo de dos o tres días.

La localización, su vivienda. Al primer vistazo la sensación que me despertó, fue la de un hombre tranquilo y bonachón; subimos a su piso y como casi siempre comienzo; el primer shooting lo hicimos en su despacho, enfrente del ordenador escribiendo en el teclado. La luz, una luz de ventana que penetraba por su derecha, modelaba bastante bien las tomas.

El segundo, entramos en el salón que se encontraba con las persianas bajadas en semipenumbra. Quise ver la luz y se elevaron las persianas y como si de un disparo de flash se tratara, vi enseguida que esa era la localización. Entrada de luz a tres cuartos trasera por la izquierda y derecha. En mí percepción como si de dos paneles luminosos gigantes de leds se tratase; esa fue la iluminación, la que me permitía iluminar a Luís de una manera suave, y así tratar de reflejar la primera impresión, que a la postre también fue al que me quedó al finalizar la sesión.

Al final “la cita ciega” resultó ser de las más cortas en cuestión de tiempo y de disparos y no por ello menos provechosa.

 

Luis García Pérez ©Pepe Galanes

MI CONCEPCIÓN DE LA POESÍA

Qué difícil misión definir lo que es poesía, como no sea recurriendo a la definición becqueriana: “poesía eres tú”. Desde que el Marqués de Santillana la define como algo velado con muy fermosa cobertura, hasta nuestros días, han sido muchos los movimientos que han intentado aproximarse a la poesía y muchas las Poéticas que se han escrito, desde Aristóteles a Luzán, el Formalismo ruso, la Escuela de Praga, la Estilística de Dámaso y Amado Alonso, el New Chriticism, etc.

Sin embargo, para mí es un concepto tan inefable, una claridad que viene del cielo- como muy bien afirma mi paisano Claudio Rodríguez- que no cabe en las definiciones. Cada poeta puede tener su modo de concebir la poesía, con lo cual tendríamos tantas Poéticas como poetas, pues cada uno procura labrarse su propio estilo, su idiolecto particular que nos permita al leer un poema atribuírselo a un autor determinado.

Cuando intento escribir, tengo que penetrar en mis ríos interiores, aproximándome a la luz y al misterio, para lograr ese paisaje que se encienda a la contemplación. Pero hay que hacerlo con el espíritu en tensión, antes de que el prodigio se nos diluya y escape, con lo cual la palabra nunca alcanzaría el privilegio de la altura. Hace falta que las palabras vuelen como alondras festivas por la floresta que nos ofrece el lenguaje , no el de la comunicación estándar, sino el de la quintaesencia de la poesía, que sería como la función suprema de la comunicación, y que viene a completarse cuando el poema termina en las manos de un lector.

No podemos negar que la poesía es la hermana pobre de la literatura, que los poetas somos los más pobres de la tribu, porque la poesía nunca se sube a los tablados de la farsa ni a los salones de la fama. Su único esplendor consiste en convertirse en símbolo, rozar lo mistérico casi de puntillas hasta alcanzar el arrebato del poema. Su mejor amiga, la música, pero ésta es mucho más rica

La poesía viene a ser como el fuego, como el mar, como el sol o las estrellas, a veces arrodillada a la orilla de lo inaudito e incluso de la locura, donde late la sangre fervorosa del poema. Por eso tiene algo de desvarío y mucho de pasión que puede ayudarnos, no a salvar el mundo, pero sí a comprenderlo mejor y redimirnos del hastío cotidiano. Lo que no puede ser las poesía es ramera que se acueste con todos ni cascabel cantándole a la luna como un coro de grillos, sino como afirmó el gran Antonio Machado palabra en el tiempo.

El poema debe tener alma, efusión sentimental y no ser sólo forma críptica y hermética ininteligible, como si se tratara de un damero maldito o crucigrama indescifrable. La poesía no puede anclarse nunca en el tiempo, sino que ha de saber innovar y abrirse nuevos cauces, nuevos horizontes creativos, nuevas formas expresivas donde abrevar todas nuestras ensoñaciones.

Luis García Pérez

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