Poetas con Luz AmbienteJuan Pedro Carrasco

Poetas con Luz Ambiente, Juan Pedro Carrasco

Cada persona es diferente y su percepción de este mundo y la realidad es también distinta. De ahí que la riqueza del ser humano estribe en la manera de ver y de sentir. De una forma u otra todos somos poetas al escribir, al leer, al escuchar o al mirar. La poesía está ahí esperando a que la descubramos porque está oculta entra las cosas.

Según mi cuaderno de notas del proyecto, con Juan Pedro Carrasco contactaba por primera vez, allá por finales de septiembre de 2020. Siempre con un trato muy coloquial y cercano… pero también con una dificultad, la de la distancia y el coordinar la sesión. Él en Getafe, yo en Daimiel, pero eso si, con la firme voluntad que de una manera u otra la sesión la íbamos a hacer.

Llegado el día en el que ambos podíamos, Juan Pedro entre otros lugares cercanos elegía la estación de Renfe -ahora Adif, pero que no me acostumbro-.

La tarde según avanzaba hacia Valdepeñas, se iba obscureciendo y se dejaban caer las primeras gotas de lluvia. Al llegar ya me esperaba, la lluvia iba  “in crescendo”, pero encontrábamos cobijo en la misma estación. La luz grande e ideal al poder contar con espacios a cubierto, que seguro me proporcionaban una relación de contraste de 1:2 e incluso 1:4 -cosas de fotógrafo- buen contraste para el retrato.

La cuestión era encontrar este espacio, en el que una vez sale de Valdepeñas y se establece en Madrid, dedica mas tiempo al teatro, la novela y la poesía. Se encontraba delante de nosotros… ese camino de hierro que los valdepeñeros usaban en gran manera para desplazarse a la capital.

La lluvia, al final de la sesión caía casi torrencialmente, lo cual, la convirtió en única; hasta el momento no había encontrado una situación igual.

Juan Pedro Carrasco ©Pepe J Galanes

Juan Pedro Carrasco

Cada persona es diferente y su percepción de este mundo y la realidad es también distinta. De ahí que la riqueza del ser humano estribe en la manera de ver y de sentir. De una forma u otra todos somos poetas al escribir, al leer, al escuchar o al mirar. La poesía está ahí esperando a que la descubramos porque está oculta entra las cosas.

No es el poeta el más indicado para hablar de su poética. Siempre he creído que son los lectores quienes deben expresar su percepción y el poeta debe estar callado y escuchar lo enunciado por el otro o, si se llegara a ese extremo, su silencio.

No obstante, sobre mi poesía escribí, a petición de los antólogos, dos textos. Uno para la antología de los poetas de Ciudad Real, Cántiga, y otro para la “antología muy heterodoxa” Los poetas de la venida.

En Cántiga afirmé: “el poeta expresa el mundo que le ha tocado vivir bien con sentido crítico bien como expresión de la evasión y de la belleza, pero siempre con el sentido y el intento de hallar lo oculta de la realidad para desvelar el conocimiento de una realidad completa, ajena a los sesgos y a una única dimensión. Y como objetivo final llegar al receptor para iniciar y compartir la dialéctica de la palabra.”

Y en Los poeta de la venida: “El hombre, el poeta ante el mundo y sus retos, y el tiempo. El pensamiento y la palabra en una diáfana realidad: la poesía. El poema se convierte así en un espejo, en un espacio desdoblado donde convergen el entorno y el ser. Un área donde el poeta deviene en catalizador necesario para cribar en el tamiz del sentimiento la esencia de una realidad más honda, y quizá oculta, para así poder presentir o vislumbrar qué queda por descubrir en el interior del ser humano y entre éste y la realidad circundante, “pues estamos hablando de la vida”.”

Entre ambos transcurrieron varios años. Y en la elaboración del texto de la segunda no quise leer lo que había escrito en el de la primera para comprobar si la idea que tenía de la poesía había sufrido algún tipo de transformación. No aprecio en lo sustancial que haya cambiado mi forma de pensar, aunque sí he de decir que advierto en mi quehacer síntomas claros de madurez.

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1 comentario

  1. No es por oir hablar de luces, no es por oir hablar de volar, no es por oir hablar de sueños…pero si me hablas de mariposa estas dentro de un mundo que muchos no comprenden. No es la cercanía, no es el nombre de un pueblo, es un corazón que se viste de humanidad con el reconocimiento de un seudónimo. Quizás si el mundo se vistiera así, de poco tendríamos de que hablar. Bravo por Hanibal y ese reconocimiento tan merecido. 🦋Pedacito Charini

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