Poetas con Luz Ambiente, María Alcocer
“No me recuerdo sin escribir “pensamientos” –decía entonces- hasta que supe que eso era un tímido acercamiento a la poesía. Siempre escribía en el envés de los apuntes de Medicina: soy una dualidad que se alimenta de la ciencia y de la palabra”.
Mientras conducía camino de Torralba de Calatrava, para realizar la sesión de María Alcocer, recordaba que contacté con ella por primera vez en septiembre de 2020. Desde el primer momento estuvo de acuerdo en participar en el proyecto, siempre quedábamos para la Semana Santa cuando volviera a su pueblo. María ejerce de Hematóloga en Cuenca y no era fácil coordinarnos. En fin, Poetas con Luz Ambiente es un proyecto atemporal con el objetivo de retratar a poetas de Ciudad Real y como quién dice, al cabo de tres años y medio, llegamos a encontrar un lugar y una fecha en la que hacer posible las capturas para sus retratos. La fecha “en Semana Santa”. El espacio, Torralba de Calatrava en la casa de su hermana que es el lugar dónde reside cuando va a la población.
La luz de la tarde complicada por los continuos cambios, aunque poco me preocupaba, dado que trabajaríamos en interior e imaginaba que podría elegir en base a la respuesta que me diera sobre “¿con que luz iluminaría su poesía?” . Sin dudar un momento me respondió, “¡con una luz dura muy dura!”. Dado el día lluvioso y nublado la opción que me quedaba era la utilizar la luz de ventana y así conseguir lateralizarla, que la incidencia no le llegara de todas partes y, de esa manera reflejar esa dureza a costa de potenciar texturas y volúmenes.
Entre los diferentes retratos me quedo con este, debido a que en medio de la conversación, me comentaba que ante la gente con la que disfruta mucho, se siente extrovertida y empática, aunque de puertas adentro se encuentra muy bien sola. El elemento connotativo de la mirada al exterior y su sonrisa, muestran la reflexión de la experiencia, la tranquilidad y seguridad de esta aptitud ante la soledad buscada.
Fotos de María Alcocer en la casa de su hermana en Torralba de Calatrava para PLA
María Alcocer
No me recuerdo sin escribir “pensamientos” –decía entonces- hasta que supe que eso era un tímido acercamiento a la poesía. Siempre escribía en el envés de los apuntes de Medicina: soy una dualidad que se alimenta de la ciencia y de la palabra.
Lo he sabido con los años, pues sin una no se llegar a la otra y viceversa. Escribo en “la calderilla” del tiempo: mientras guiso, mientras enhebro la aguja para coser un botón, cuando tengo una hora entre lavadora y lavadora, por eso mi despacho es la encimera de la cocina, donde se amontonan los libros y las preguntas y el arroz y los huevos y los residuos del tiempo.
Siempre he sido una exiliada en los dos mundos que me alimentan: en medicina porque era sospechosamente emotiva, en el mundo poético por oscuramente “científica”.
Tal vez “la montaña de fuego” que es la vida reúna para siempre ese cerebro dídimo que me conforma.